"Mentiras simples, pastillas, y un hogar que no es mi hogar."

Maldita espera!

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Aunque el correr del tiempo me desgarre en la espera, el mismo se detendrá en el momento en el que tus brazos me envuelvan el alma, danzantes, los dos. Te besaré los sueños, y dibujaré tu boca sobre la mia en puntas de pie. Recorreré tu espalda de do a si y me harás viajar en tu mirada. Encenderás mis pupilas perdidas en tu rostro y te soplaré un te quiero. Así la espera, como dice la canción, será el mejor tiempo perdido.

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Carta a un alma dormida.

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Cuánta vida hubo en esas manos que ayer, en silencio, me pedían que no las soltara. Cuánto dolor, cuánto de todo, y con tanta intensidad. En ellas se guardaba la fuerza que siempre tuviste, para seguir, para aguantar, para dar sin esperar.
Hoy no quiero creer que sea verdad; estabas ahí, tan débil, indefensa, pidiendo a gritos un poco más de cariño, de paciencia. Incomprensible, frágil, cantando el último "cielito lindo", susurrando palabras de aliento y buenos deseos. Supicándole a tu dios que te dejara ir con él y en paz, con tus hermanos, con ese hombre del que tanto me hablabas, llorando, extrañándolo.
Mientras yo le suplicaba a la vida que dejaras de sufrir, que pudieras sonreír una vez más y te sintieras satisfecha, por todo lo que diste.
Yo estaba esperando el impacto, ese aire frío que me iba a hacer llorar, quebrar, caer, y levantarme más fuerte. Te dí un beso y un abrazo cada día, cuando pude. Te mandé una caricia con el alma, cuando no pude. Hasta el final, que llegó y pasó.

Te quise y te quiero con el alma, para siempre.
De todas las formas que me llamaste, la que más me gustó,
María Carnaval.

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16 besos en la espalda

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El roce con tu piel desnuda,
recorriendo cada molécula de tu cuerpo,
enredada en tu pelo y tu mirada,
en tu aliento y en tus labios.

La penetración infernal
y la caricia celestial.

Entumecida entre tus brazos,
que rodean mi cuerpo,
delirando en el placer,
arañando tu piel en celo.

Sentí el deseo
y ya nada faltaba,
hoy recuerdo el escalofrío
de esos besos en la espalda.


Algo de antes.
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Fuimos, somos, seremos

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Sí, amiga; hubo alguna vez un instante, tal vez sea este, o este, en el que fuimos, y tal vez somos, la misma persona.
Ahora soy lo que alguien alguna vez fue, lo que alguien es, lo que alguien será, y tal vez se repita tantas veces en tantos instantes de tantas personas.
Y vos estás allá, y yo estoy acá, y tal vez siempre haya un punto de conexión entre vos y yo, entre vos y él, entre ella y yo, entre ella y él.
Si dejáramos de medir el tiempo y los espacios...

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Quizás

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Me encierra, me desvela, me erosiona, me quiebra, me invade, me enferma. Por permitir el beneficio de la duda en lo que no fue, no es... y quizás será.

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Promesa



" [...] Se volvieron el uno hacia el otro; él, la rueda impulsadora; ella, la impulsada. Quedaron sin aliento, y el aire fue entre ellos como un símbolo y
una única y viviente promesa. Sus corazones latieron con fuerza, dos veces, y durante ese instante fueron, también ellos, como un solitario planeta en el cosmos estrellado de los amantes. [...] "


( "Más que humano" - Theodore Sturgeon)

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Dibujarte


Dibujarte es delinear tu alma y tu figura; que mis manos te creen nuevamente, como si una parte de vos se fuera con ellas.
Dibujarte es retratar mi delirio; la poesía oculta que te aguarda impaciente. Es conservarte más que en el sueño de tenerte cerca un instante más.
Dibujarte es entregarte a mis manos a mi voluntad; entregarme a mis ojos y a tu mirada vista por ellos.
Dibujarte es escribirte sin idioma y desafiar al tiempo con tu cuerpo.


Algún día estará tu rostro entre estas líneas.

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Calma

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A cada momento creo verte; estás acá, observándome. Estás en todo lo que hago y dejo de hacer, en todo lo que digo y lo que callo, en todo lo que pienso y siento, y aún así... te quedas.
Te veo, te siento, tan cerca, y me invade la calma; la armonía y el equilibrio.
Te veo, aunque en verdad no estés.
Nunca sé dónde estás, y es que yo no supe dónde estaba.

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Ese Sol

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La melodía de tus palabras que el viento trajo a mis oídos, en el amanecer de mis pensamientos más profundos, hizo estallar mi corazón silenciosamente, pausando el tiempo en aquel espacio, sin poder revivir jamás esa sensación.
Sentí correr la sangre por mis venas hasta cada extremo de mi cuerpo en un segundo, estremeciendo hasta mi alma por una adrenalina llena de paz y, a la vez, de impotencia.
No sabía que necesitaba escucharte hasta que lo hice. Luego el sonido fue vacío; no necesitaba nada más, no quería nada más.
Hoy preciso tener ese Sol algún día en esta vida. Ese que brillaba a mi lado. El que mirando hacia mi izquierda podía observar, y quedarme así toda la vida.


El Sol se fue en dirección contraria. Nada se le parece... y jamás lo hará.


("Fantasía o realidad,
a esta historia...
le da igual.")

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Esencia

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Un instante captado. Un contraste perfecto y un brillo encandilante. Esa figura que me invita a imaginar en un fondo que conozco de memoria. Detalles a los ojos conocidos y entendidos. Seres que hoy sólo queda imaginar, colores distintos. Un clima extrañable de cielos claros y risas cálidas.


Y vuelan aún sus cantos en mi recuerdo, en mi presente, entre delirios jóvenes de ensueños reales. Se pegan fotografías en las paredes de mi mente, y escucho palabras absurdas, palabras confortantes, palabras.
Sonrío, me río, lloro, gimoteo, y lloro nuevamente. Y caen siete lágrimas de significado distinto. Cada una de ellas esconde frases, gritos, silencios, infinitas sensaciones y miles de cariños.
Todo parte de instantes que se esfuman como olas en el mar... Aunque el agua siempre es la misma.

Es la esencia de todo esto y todo aquello, lo que perdura y nos mantiene vivos.

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Verdades

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Suelo esconderme, detrás de sonrisas y carcajadas verdaderas. Detrás de palabras y frases inentendibles al ojo espectador. Diciendo lo contrario a lo que en verdad es. Y no miento a los demás. No, no es mentira para vos. Trato de convencerme a mi misma con lo que en verdad debería ser. ¡Y qué gran contradicción! Nunca acepté las cosas como deben ser. Nunca acepté la palabra "deber". Por eso me cuesta convencerme. Mis deseos podrán más que mi razón, tal vez. Sólo tal vez. No doy certezas ni de mi misma. Me soy impredecible. No quiero creerme nada más de lo que me invento. Es tiempo de asegurar mis verdades, y hacértelas saber. Hacérmelas saber, comprender, y aprehender. Vivir con ellas, ya sean efímeras, o eternas.


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Es lo que no fue

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La arena nunca vuelve a estar igual, nada vuelve a su estado natural.


A la hora del Sol, cuando supiste mirar, traduje el mensaje erróneamente. La arena se quedó con ese instante, y el mar se lo llevó. Luego de meses, habiendo cambiado de estación, ya no ilumina tanto nuestro "dios". Se alarga la espera de su llegada, y se acorta la de su partida. Es distinto el contexto, el medio. Es distinto y cambia todo. Es que no fue así y hoy no es. No pensaba que no era yo, era el Sol y su magia transformista. Y no eras vos, era una alucinación; un sueño que alguna vez fue realidad; mi realidad.
Digo antes y fueron minutos, tal vez segundos. No fue un tiempo, fue un instante. Pero deseé que fuera eterno y, repentinamente, como apareció, se esfumó. Sin un roce ni un adiós. Parecía una oportunidad para escapar de la superficialidad, y es lo que no fue, se desvaneció.


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Manifiesto de películas

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Fue una noche extraña, fueron demasiadas sensaciones, y trataré de explicarlo.
Acostada en el pecho de mi amigo, tirados en la calle (no recuerdo cuál), sentía un frío que en cualquier momento me cortaría la piel; cerré los ojos, y cuando los abrí, estaba en el Polo Norte. Sí, vi la nieve, ví montañas, y los pingüinos estaban allí, asegurándome que no era una ilusión. Aún así, me dormí. Cuando desperté, por una extraña sensación, inmóvil quedé al ver a un hombre vestido de traje negro, parado, mirándonos. Eran las cuatro de la mañana, no tenía sentido lo que estaba viendo. Intenté despertar a mi amigo, tratando de no moverme ni hacer ruidos. El hombre seguía ahí, y mi amigo no reaccionaba. Recosté nuevamente la cabeza y me hice la dormida; cuando volví a abrir mis ojos, no había nadie. Me estaba volviendo loca.
No aguanté más el frío, así que le pedí a mi amigo que fuéramos a algún bar. Nos sentamos uno en frente del otro, y pedimos un trago. Dí un sorbo, y mi estómago se rebeló. Corrí al baño y sentí que el vómito corría por mis venas, por mis brazos, cada vez más, hasta llegar a mis manos, mis dedos se hincharon, sentí la agonía, creí que iba a explotar. Logré calmarme, sin sentirme mejor, y volví a la mesa. Mareada y con baja presión, intenté enfocar la cara de mi amigo que me hablaba. No podía escucharlo, o mejor dicho, no podía entender lo que me decía. Su cara pasaba en diapositivas de película, tenía los bordes de los negativos, y se reproducía; estaba mirando una película muda, en vivo. De un instante a otro, sin que mi amigo parara de hablar, me vi en una pileta, ahogándome, ensangrentada, y se manifestó el asfixia en la realidad. Tuvimos que salir a tomar aire, no podía más con mi cuerpo ni mi mente, estaba entumecida y desesperada. Descansamos en unas escaleras, y nos quedamos dormidos. Sonó el celular, era de día, y simplemente desperté.


Basado en una historia real, narrado en primera persona, sin nombres.


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Ámbar Violeta

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Rayos del sol a la hora del sol.
Ella estaba en cualquiera;
en cualquier estación
esperando una fatalidad,
o un llamado del cielo.

Siente un mareo de baja presión.
Por lo menos le queda ese poco de humor.
¿Para qué? Si uno pasa buscando
y perdiendo certezas.

Sólo cuando se va,
sólo cuando no está en esto, amor,
le hace bien
meterse en su laberinto carrusel,
le hace bien.

Nada está aquí ni mejor ni peor,
solamente sus ojos cambian de color:
a una hora del día
se tiñen de un ámbar violeta.

Nadie lo sabe, ni nadie la vio,
ahora tiene un gran cuerno bajo el corazón,
y se escapa de todos los hombres
que quieren tenerla.

Sólo cuando se va,
sólo cuando no está en esto, amor.

[ Ámbar violeta - Fito Páez ]



Caer en la trampa humana de la interrogación. Aunque sean milésimas, segundos, horas, días, cualquier lapso de tiempo, tal vez eterno, cambiar el orden del pensamiento, permitir la mutación del corazón, hacer que el alma se transforme, desintegrar preguntas y generar respuestas (duren lo que duren). Sentir el gusto de lo distinto, que los sentidos perciban otro aire. Es algo así como irse del mundo y volver en el instante perfecto. Cambiar el color de mis ojos, como anteponiendo una lente que transforme la realidad en otra, y quedarme allí hasta saberme lista para el nuevo camino.
Es la vida el laberinto que tiene un solo destino, es el carrusel que hace girar el mundo, y soy yo quien escapa a una realidad inventada. Es el viaje en el que nadie acompaña, y es por eso que nadie sabe, nadie ve, nadie entiende.
Soy yo que, a la hora del Sol, me voy... Sólo para volver.



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Cadáver Exquisito

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Comienza el día y una luz sentimental

nos envuelve, vuelve, se va.
La fabulosa sinfonía universal
nos envuelve, vuelve, se va.
Tango sexo, sexo y amor;
tanto tango, tanto dolor.
Mi vida gira en contradicción,
jamás conquisté mi corazón.
¿Mas dónde estaba cuando
pasó lo que pasó?
Hablándome al espejo solo.

Vengo de un barrio
tan mezquino y criminal,
quizá te queme, queme, quizá.
Vengo de un barrio
siempre a punto de estallar,
quizá te queme, queme, quizá.
Si de nada sirve vivir
buscas algo por que morir.
El tiempo me ha enseñado a mirar,
a veces me ha enseñado a callar.
¿Dónde estabas cuando paso lo que pasó?
Hablándote al espejo sola.

Es tanta la tristeza y es tan ruin,
que celebro la experiencia feliz.
La estupidez del mundo
nunca pudo y nunca podrá
arrebatar la sensualidad.

Busco mi piedra filosofal
en los 7 locos,
en el mar,
en el cadáver exquisito,
en no tener piedad,
en la quinta esencia de la música,
dentro mío en el amor
y el...
Odio tener que pensar;
preferiría tu sonrisa a toda la verdad;
avanzo un paso,
retrocedo y vuelvo a preguntar;
que algo cambie
para no cambiar jamás;
todo es imperfecto, amor
.... y obvio.

[ Cadáver exquisito - Fito Páez ]



Luego de mi muerte, un cadáver exquisito quedará, un irresistible sabor a vida, a experiencia, a amor, a dolor. Y cada persona que viva después de mi muerte, podrá sentir su gusto.
Exquisito de alegría y de dolor.
Dulce como el amor.
Salado como las lágrimas.
Amargo como la depresión.
Ácido como el odio.
En el cadáver de mi cuerpo se sentirá lo exquisito de vivir.


Escrito el 22 de mayo de 2006.


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Luz

Así que, a la hora del Sol, donde predomine mi nombre, formaré el tuyo, y tu cuerpo yacerá en la luna, en la paz, y jamás (¡nunca jamás!) habrá obscuridad. Tus ojos deben seguir siendo lo que son, lo que están hechos para ser. ¿Para verme a mi, entonces? No, para ver TU luz, y la de los demás.



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