" [...] Se volvieron el uno hacia el otro; él, la rueda impulsadora; ella, la impulsada. Quedaron sin aliento, y el aire fue entre ellos como un símbolo y una única y viviente promesa. Sus corazones latieron con fuerza, dos veces, y durante ese instante fueron, también ellos, como un solitario planeta en el cosmos estrellado de los amantes. [...] "
( "Más que humano" - Theodore Sturgeon)
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1 comentario:
Faltaba el hamster que siguiera dandoles cuerda
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